El otrora despiadado Valle de las Lágrimas con temperaturas bajo cero y avalanchas, hoy se ve como un terreno semidesértico al que llegan los turistas a caballo o en automóvil por el calentamiento global

El antes y después del Valle de las Lágrimas donde se registró el accidente relatado en
El antes y después del Valle de las Lágrimas donde se registró el accidente relatado en Créditos: Especial

El Valle de las Lágrimas posee un halo de misterio y melancolía. En esa área de 25 kilómetros cuadrados en la Cordillera de los Andes, del lado argentino, cayó el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya el 13 de octubre de 1972. La historia del "Milagro de los Andes" se ha contado muchas veces y este inicio de 2024 resurgió con fuerza gracias a la película de Netflix "La sociedad de la nieve".

En el furor por la cinta dirigida por Juan Antonio Bayona, una foto despertó inquietud y un sinnúmero de comentarios en redes sociales. El otrora despiadado valle, cubierto de nieve y que registraba temperaturas bajo cero y avalanchas, se ha convertido en un desierto, sin atisbo de blanco. El Glaciar de las Lágrimas, donde murieron 29 personas, la mayoría integrantes del equipo de rugby uruguayo Old Christians, parece extinto.

"En el momento del accidente, ellos caen sobre un glaciar, que era conocido como el Glaciar de las Lágrimas. Ese glaciar se derritió y lo que quedó fue una especie de valle", dijo a BBC Mundo Juan Ulloa, un guía de turistas argentino con 30 años de experiencia en la zona.

ANTES y DESPUÉS: El Valle de las lágrimas - mueve el centro en la foto para ver la comparativa

El calentamiento global, que se ha acelerado en las últimas décadas, ha tenido un impacto directo sobre los grandes glaciares del mundo, aumentando la preocupación de los científicos por los efectos en el medio ambiente.

ANTES y DESPUÉS: pulsa dos veces encima de la foto para mirar como era en 1972 el Valle de las Lágrimas

El Valle de las Lágrimas está ubicado a 4,000 metros de altura, entre el Cerro El Sosneado y el volcán Tinguiririca, y forma parte de la llamada sierra San Hilario. El lugar antes agreste, inhóspito y peligroso, ahora está convertido en un sitio turístico. Pese a su difícil acceso, lo que a los sobrevivientes de los Andes les costó días de sufrimiento para buscar ayuda, ahora lo recorren jinetes con turistas en un territorio semidesértico.

Los restos del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya cubiertos de nieve en 1972. (Archivo)

Como lo relatan los sobrevivientes y se observa en la película de Netflix, nominada al Premio Óscar como mejor película extranjera, una avalancha sepultó los restos del fuselaje donde se resguardaban del frío y cobró la vida de ocho personas que habían sobrevivido a la caída. Eso forma parte del pasado, sentencia Ulloa.

Guías de turistas conducen a los visitantes al lugar del accidente a caballo. (Cortesía)

"Al valle ahora se puede acceder haciendo un viaje por auto desde Mendoza hasta Malargüe", dice Ulloa en una nota del medio británico. Guías de turistas como él acompañan a personas de todo el mundo que buscan conocer el lugar del accidente en el que ahora reposan los restos del fuselaje y pertenencias de las víctimas a cielo abierto.

Turistas en el lugar del accidente hoy en día. (X, Hernán Zorrilla)

Científicos han documentado el trágico derretimiento de los glaciares en los Andes y otras formaciones de América del Sur. Gracias a mediciones satelitales, se tiene registro de un adelgazamiento de casi un metro por año desde que comenzó el milenio.

Mapa del lugar donde sucedió el accidente del equipo uruguayo de rugby en 1972. 

"A lo largo de los Andes, los glaciares han perdido casi un metro de espesor anualmente desde el 2000", concluyó el glaciólogo del Laboratorio de Estudios Geofísicos y Oceanografía de Toulouse, Francia, Etienne Berthier, en un artículo publicado en la revista Nature Geoscience en 2020.

El incremento de la temperatura en la cordillera ha provocado que los glaciares de los Andes del sur se retiren hasta 9 kilómetros en un siglo. El 98% de los glaciares de los Andes ha experimentado este fenómeno, de acuerdo con la Escuela de Medio Ambiente de la Universidad de Yale.

El fuselaje del avión ahora reposa sobre un territorio semidesértico. (Archivo)

"Vimos que el glaciar se había retirado, es cada vez más pequeño, está enfermo. Así que no queremos causarle más daño quitándole más hielo", dijeron al glaciólogo francés, Bernard Francou, lugareños del glaciar Colquepunco, uno de los glaciares considerados sagrados que está ubicado en la Cordillera Vilcanota, cerca del Cusco, Perú, según se relata en la publicación de la prestigiosa universidad estadounidense.

Este fenómeno no le puede parecer extraño a los mexicanos. Muchos de los glaciares de sus montañas se han extinguido. Para los habitantes del Valle de México, basta con apuntar la mirada al Oriente, donde el volcán Popocatépetl perdió su vestimenta blanca que lo cubrió durante siglos. La actividad volcánica y el calentamiento global extinguieron el glaciar oficialmente en 2001.

El glaciar del volcán Popocatépetl fue declarado extinto en 2001. (Archivo)

La historia de los sobrevivientes de los Andes sigue fascinando al mundo, pero ahora revela una tragedia ambiental, pues la extinción de los glaciares tiene un efecto directo en las comunidades que se asientan a sus faldas. El agua de deshielo se utiliza para consumo humano, riego y para generar energía eléctrica. "La desaparición de los glaciares tendrá un impacto no solo en las ciudades, sino también en los locales, los agricultores y las personas que se dedican a la agricultura en general", expresa Francou.

A escala global, el deshielo de los glaciares en los Andes, el Himalaya, los Alpes, Alaska y Rusia, contribuye al aumento del nivel del mar, principalmente propulsado por el derretimiento de las capas de hielo en la Antártida y Groenlandia. Científicos advierten que zonas costeras habitadas serán afectadas por el fenómeno.

Algunos científicos son cautos a la hora de responsabilizar directamente al calentamiento global por la desaparición del glaciar en la comparativa de las fotos del Valle de las Lágrimas en el año del accidente y el presente. El científico Pierre Pitte, dijo al portal de noticias Es Paja, que las fotos no son prueba incontrovertible del calentamiento global, pues hay que tomar en cuenta la época del año en que fue tomada la foto más actual.

Los glaciares han retrocedido 9 kilómetros. (Yale)

"En lugares como el valle del ´Glaciar de las Lágrimas´, puede haber nevadas o heladas en invierno e incluso en verano, como lo muestra la foto de enero de 1973, pero esto no nos permite sacar grandes conclusiones sobre el estado de los glaciares", dice.

De acuerdo con Pitte, para hacer una comparativa precisa se debería documentar que las imágenes se tomaran en las mismas condiciones del año y exactamente desde el mismo punto de vista, lo que no se puede asegurar con las imágenes que circularon en redes.

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