Jefe se sienta sobre empleada y le causa la muerte por daño cerebral

En Hollywood, California, una joven empleada de 7-Eleven murió tras haber sido violentamente agredida por su jefe dentro del lugar donde trabajaba. Jessica McLaughlin, de 26 años, sufrió un paro respiratorio y severo daño cerebral luego de que, presuntamente, el gerente de la tienda se sentara con fuerza sobre su pecho durante una discusión, impidiéndole respirar.

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Los hechos ocurrieron dentro de una sucursal de la conocida cadena de tiendas de conveniencia. Según el testimonio de familiares y compañeros de trabajo, la agresión ocurrió al término del turno de Jessica, en medio de un altercado con su superior jerárquico.

La joven fue trasladada de inmediato al hospital, donde permaneció conectada a soporte vital durante varios días. Sin embargo, los médicos concluyeron que el daño cerebral que sufrió era irreversible, por lo que su familia tomó la devastadora decisión de desconectarla.

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Así ocurrió la agresión dentro del 7-Eleven

De acuerdo con una campaña de recaudación de fondos lanzada por su hermano, Sean McLaughlin, la agresión sucedió frente a varios empleados que intentaron intervenir, pero no lograron impedir el ataque. Según su versión, el gerente primero arrojó a Jessica al suelo y luego se sentó sobre su pecho, impidiéndole el paso del aire.

Además, otros trabajadores del establecimiento también habrían sido agredidos por el mismo sujeto antes de que este huyera del lugar a bordo de una bicicleta. La policía de Los Ángeles ya logró identificarlo, pero hasta el momento no se había emitido ninguna orden de arresto.

La familia de la víctima ha señalado que el gerente acusado de homicidio ya había acosado en repetidas ocasiones a Jessica en el trabajo. El padre de la joven afirmó que su hija había comentado en más de una ocasión sentirse incómoda y atemorizada por el comportamiento del agresor, lo que convierte el ataque en un caso de violencia laboral que no fue atendido a tiempo.

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Daño cerebral irreversible

Tras ser llevada de urgencia al hospital, los médicos lograron estabilizar a Jessica, pero informaron a la familia que el cerebro ya había estado sin oxígeno durante demasiado tiempo. A pesar de los esfuerzos médicos y la esperanza de una recuperación milagrosa, los especialistas confirmaron que no existían posibilidades reales de mejoría.

Días después del ataque, la familia McLaughlin tomó la difícil decisión de retirarle el soporte vital, concluyendo así la lucha por salvarle la vida. La joven murió rodeada de sus seres queridos, quienes ahora exigen justicia.

"Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, pero el daño fue demasiado grande", escribió su hermano Sean en la página de recaudación, donde también agradeció las muestras de apoyo y pidió que el caso no quede impune.

En un breve comunicado, la cadena 7-Eleven lamentó profundamente el fallecimiento de Jessica McLaughlin y aseguró que están colaborando de forma activa con las autoridades en la investigación del caso.

"Nos entristece profundamente la muerte de nuestra empleada Jessica. Extendemos nuestras condolencias a su familia y amigos, y estamos en contacto con el Departamento de Policía de Los Ángeles para facilitar toda la información necesaria que ayude al esclarecimiento de este hecho", indicó la compañía.

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