- 22 de octubre de 2024
Las fuerzas armadas capturaron a Edwin Antonio Rubio López, alias El Max, lo que desató una ola de violencia en la zona.
La captura de Edwin Antonio Rubio López, alias "El Max", supuso el inicio de una violenta jornada en el estado de Sinaloa. En un operativo llevado a cabo por elementos del Ejército Mexicano, que culminó con la detención de uno de los principales operadores del Cártel del Pacífico, vinculado a Ismael "El Mayo" Zambada, la ciudad de Culiacán fue escenario de enfrentamientos armados que dejaron un saldo de 19 muertos.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), "El Max" era un objetivo prioritario dentro de las investigaciones de las Fuerzas Armadas debido a su posición dentro del cártel y a su presunta participación en la violencia reciente de la región. El operativo se realizó en Plan de Oriente, un grupo de 30 sicarios, escoltas de Rubio López, atacó a los militares para impedir su detención. En el tiroteo murieron 19 personas, entre ellos algunos de los agresores.
La captura de ´El Max´: un golpe a la estructura del cártel
Durante meses, las autoridades mexicanas y las fuerzas de seguridad se habían enfocado en desmantelar las células delictivas que operaban en Sinaloa, lideradas en gran parte por "El Mayo" Zambada. Según la Sedena, Rubio López no solo era un operador clave para el cártel, sino que también jugaba un papel estratégico en la logística de las actividades delictivas del grupo.
"Se detuvo a Edwin Antonio 'N', alias El Max, presunto jefe de una célula delictiva afín a la facción de Mayo Zambada del Cártel del Pacífico", explicó la Sedena en un comunicado oficial. "El Max ha participado activamente en la reciente violencia suscitada en el municipio de Culiacán", agregaron. Su captura representa un golpe contundente a la estructura de mando de la organización.
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La respuesta del Cártel del Pacífico: violencia e intimidación
En los días previos y posteriores al operativo, Culiacán ha experimentado un clima de extrema tensión. La Sedena reportó que grupos criminales, aparentemente vinculados al cártel de "El Mayo", han estado lanzando volantes desde avionetas sobre la ciudad, una táctica utilizada para intimidar a la población y enviar mensajes directos a sus rivales, los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, conocidos como "Los Chapitos".
Uno de estos volantes, firmado por "La Mayiza", fue distribuido el mismo día de la captura de "El Max". En el documento, los autores aseguraron que no descansarían hasta "poner orden" en Culiacán, refiriéndose explícitamente a los presuntos abusos cometidos por "Los Chapitos", a quienes acusan de extorsionar a comerciantes y cobrar "derecho de piso" a empresarios locales.
El enfrentamiento entre facciones del cártel
La guerra interna que actualmente sacude al Cártel de Sinaloa ha sido un factor crucial en la creciente violencia que ha afectado a la región. Mientras que "Los Chapitos" buscan consolidar el control heredado de su padre, Joaquín Guzmán Loera, ´El Chapo´, la facción liderada por "El Mayo" Zambada ha resistido esta transición, provocando una serie de enfrentamientos armados y actos de violencia en todo el estado.
En los volantes distribuidos en Culiacán, los autores instaron a la población a unirse a su causa y denunciar a los hijos de Guzmán Loera, a quienes acusan de estar involucrados en proyectos inmobiliarios fraudulentos y lavado de dinero. Además, los volantes contenían referencias a figuras políticas locales, incluyendo al gobernador Rubén Rocha Moya, a quien vinculan con actos de corrupción y complicidad con "Los Chapitos".
Este tipo de propaganda y amenazas no son nuevas en la región. En septiembre, otro volante similar circuló por las calles de Culiacán, titulado "El cartel de los sapitos", en el que aparecían los rostros de 17 personas, entre ellas el gobernador Rocha Moya y otros funcionarios locales, acusados de colaborar con el cártel.
Culiacán: una ciudad bajo el yugo del narcotráfico
Con la creciente pugna entre las facciones del Cártel de Sinaloa, los ciudadanos han sido testigos de una violencia cada vez más brutal y constante. Aunque las autoridades han logrado asestar duros golpes a la organización criminal, como la captura de "El Max", la respuesta de los cárteles ha sido implacable. La intimidación, las amenazas y los actos de violencia son una realidad cotidiana para los habitantes de la región.
En este contexto, la captura de Rubio López representa tanto una victoria para las fuerzas armadas como un nuevo motivo de preocupación para las autoridades locales y la ciudadanía. Los ataques y enfrentamientos, como el que dejó 19 muertos en Plan de Oriente, son una muestra de la capacidad de respuesta de los cárteles y de la complejidad del conflicto que se vive en Sinaloa.
Sinaloa, una de las zonas más fértiles y productivas de México, ha sido durante décadas un epicentro del narcotráfico. Conocido como la cuna de grandes capos del crimen organizado, como Joaquín "El Chapo" Guzmán e Ismael "El Mayo" Zambada, el estado ha estado inmerso en una guerra que parece no tener fin.
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Las recientes capturas de figuras clave del Cártel del Pacífico no han reducido la violencia. De hecho, en muchos casos, han exacerbado los conflictos internos dentro de la organización, lo que ha generado más enfrentamientos armados, ataques a civiles y un incremento en los delitos de extorsión y secuestro.
El caso de "El Max" es solo uno de muchos en los que las autoridades han logrado desmantelar partes importantes de la estructura del cártel, pero la reacción violenta de las organizaciones criminales sigue siendo un desafío para las fuerzas de seguridad y un temor constante para la población.
El gobierno federal ha desplegado una serie de operativos conjuntos entre la Sedena, la Guardia Nacional y otras fuerzas de seguridad para intentar restablecer el orden en la región. Sin embargo, los resultados han sido mixtos. Si bien han logrado capturas importantes, como la de "El Max", la violencia sigue presente, alimentada por la lucha interna entre facciones y la corrupción que aún persiste en algunos sectores de la administración pública.
Las autoridades locales, incluyendo al gobernador Rubén Rocha Moya, han sido objeto de duras críticas por parte de ciertos sectores de la sociedad y de la prensa, quienes los acusan de no hacer lo suficiente para proteger a la población de los embates del crimen organizado. Los volantes que circulan en Culiacán, acusando directamente a figuras políticas de colaborar con los cárteles, han puesto en duda la credibilidad de algunas autoridades y han generado un clima de desconfianza en las instituciones.
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