- 07 de octubre de 2024
Joaquín Phoenix y Lady Gaga sostienen la película con brillantes interpretaciones
Cuando una película como Joker deja una marca tan profunda en los amantes del cine, las expectativas para una secuela son inevitables. Desde el principio, Todd Phillips no lo tuvo fácil. El anuncio de que el villano de Gotham protagonizaría un musical junto a Lady Gaga, interpretando a Harley Quinn, desató una lluvia de críticas, y nada parecía convencer a la audiencia de que algo positivo podría surgir de esta apuesta arriesgada.
Joker: Folie à Deux camina sobre una cuerda floja, intentando desesperadamente continuar la historia de un personaje que quizá no necesitaba más desarrollo. Como esperaba una buena parte de sus fans, la historia cae sin tener de dónde sostenerse.
No obstante, la película tampoco cae en un pozo sin fondo. Habrá quienes encuentren en ella una buena secuela, o que, consideren que, aunque falla, no es tan terriblemente mala como han hecho ver las primeras impresiones en redes. Incluso hay una lectura que podría hacer de esta película un chiste agrio dedicado especialmente a todos los fans que esperaban ver la consagración del villano de Gotham.
El inconveniente no es Lady Gaga, quien, junto a Joaquín Phoenix, hacen todo lo que pueden para llevar la película sobre sus hombros. Y aunque los números musicales llegan a ser cansados, monótonos, y jamás te hacen estallar en el asiento, tampoco creo que sean la principal razón de este descontento masivo que ya se ha manifestado en redes.
El principal problema radica en la intención del guion de despojar al payaso del poder que obtuvo en la primera cinta, reduciendo su grandeza en lo que debería haber sido la película donde se consagraría como el temido villano de Gotham. ¿Cuál fue el propósito de hacer esto?
Sinopsis
La sinopsis es sencilla: Arthur Fleck se encuentra recluido en la prisión de Arkham, donde es víctima de un constante acoso por parte de los guardias. Al principio, se muestra a Arthur como un muerto en vida, pero su existencia da un giro inesperado al conocer a Harleen "Lee" Quinzel (Harley Quinn), de quien se enamora perdidamente y quien lo motiva a buscar su libertad para estar con ella.
Arthur inicia un conflicto legal para evitar ser sentenciado a muerte. Su argumento: él no cometió los seis asesinatos de la primera película, sino que fue el Joker, una segunda personalidad atribuida a sus enfermedades mentales y al constante abuso que sufrió en su infancia.
La historia alterna entre la vida en la cárcel, el juicio y los agotadores números musicales (que se justifican al afirmar que son solo manifestaciones de las fantasías de Arthur) para narrar el resto de la película. Poco a poco, la cinta se convierte en algo frustrante. Y cuando parece que finalmente despertará el némesis de Batman, te quedas con un sabor amargo de decepción mientras observas a Arthur hacerse increíblemente pequeño.
El problema de las expectativas
Una de las principales razones por las que Joker se convirtió en una película amada por el público, fue que para muchos representaba de manera cruda, visceral y realista las injusticias que enfrentan cientos de personas. Muchos espectadores se identificaron, o al menos sintieron compasión, por un personaje que lidia con el fracaso, la pobreza y la violencia en una ciudad podrida y decadente, logrando trascender y convertirse en un héroe de los suburbios.
Después de esto, una buena parte de sus fans, con razón justificable, esperaba que esta película fuera la consagración del villano. Muchos incluso consideraban que eventualmente el personaje se uniría al universo cinematográfico de DC, a pesar de que se había mencionado previamente que la historia nunca tuvo la intención de ser canon.
Esta interpretación por parte de los fans podría ser el motor principal que llevó al director a crear una película, para muchos "decepcionante".
Todd Phillips optó por reemplazar las escenas de acción y violencia con números musicales que, aunque agradables, nunca logran transmitir todo lo que siente el protagonista. La frustración se intensifica cuando Arthur niega todo y decide darle la espalda a la identidad que le ofrecía el lugar en el mundo que tanto había deseado.
Una rebuscada interpretación
En esta secuela, vemos a un público entusiasta que admira las acciones del Joker. Hay incluso una película dentro de la cinta que retrata los asesinatos que cometió, la cual es aclamada por miles, incluyendo a Harley Quinn. Sin embargo, cuando Arthur finalmente rechaza su "segunda identidad" y decide "dejar de cantar" los números musicales enfrenta un rechazo doloroso.
Es como si la película reconociera que, en la realidad, también sería rechazada por aquellos que alguna vez la adoraron. ¿Acaso el director eligió este enfoque porque no quedó satisfecho con la recepción de su primera película? Parece que Joker: Folie à Deux intenta desesperadamente desmitificar al Joker de la primera cinta y ser decepcionante a propósito.
Es más, pareciera que la misma carga de realismo que tanto fue alabada de la primer cinta, fue lo que ahora molesta a algunos de sus seguidores. El director presenta a un villano "tan humano" que decide rendirse a mitad del camino, dejando claro que los constantes abusos que sufrió, fueron más grandes que sus propias fantasías.
En pocas palabras: la película muestra cómo actúan las personas cuando sus ídolos no hacen lo que ellos quieren. ¿Te suena familiar? Pues esto es exactamente lo que está pasando con todos aquellos fans decepcionados con Joker 2.
Pero esta es solo una de muchas interpretaciones posibles. Habrá quienes logren separar al Joker de los cómics del Joker de la película, justificando así lo que ocurre en pantalla. Como mencioné anteriormente, no es canon, por lo que bien podría tratarse de una historia completamente independiente.
Sin embargo, la molestia es completamente válida, ya que, al fin y al cabo, la historia está basada en este gran villano. Por lo tanto, es comprensible que muchos esperaran (entre ellos yo) ver al Joker destruyendo toda Gotham.
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