- 10 de octubre de 2024
El debate entre las ministras de la Suprema Corte escaló cuando discutieron sobre los alcances de la reforma judicial impulsada por el presidente López Obrador.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) fue testigo de una discusión entre la presidenta del tribunal, Norma Piña Hernández, y la ministra Lenia Batres Guadarrama. El tema central fue la interpretación de la controvertida reforma judicial promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Lo que comenzó como un intercambio de ideas sobre las reglas del pleno y la libertad de expresión se transformó en un duro enfrentamiento entre ambas, dejando al descubierto las profundas divisiones que persisten dentro del máximo tribunal.
La confrontación tuvo lugar durante una sesión de la SCJN, en la que se discutía la interpretación de la reforma al Poder Judicial. En medio del debate, Piña Hernández pidió a Batres que evitara utilizar calificativos despectivos, como cuando esta última calificó de "absurdo" el enfoque adoptado por la mayoría de los ministros sobre un tema específico.
Esto generó una inmediata respuesta de Batres, quien cuestionó a Piña sobre los límites de la libertad de expresión dentro del pleno. "Me parece inadecuado que se utilicen calificativos en el pleno, como lo hizo la ministra Batres al calificar de ´absurdo´ un punto de vista. Aquí discutimos con argumentos, no con descalificaciones", señaló Piña.
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La reacción de Batres no se hizo esperar. "No sé bajo qué regla se me puede reprender por usar la palabra ´absurdo´. Considero que deberíamos definir con claridad los límites de la libertad de expresión argumentativa que tenemos los ministros", reviró la ministra afín a Morena.
El núcleo del conflicto: la reforma judicial
El contexto se da con la interpretación de la reforma judicial, específicamente sobre el número de votos necesarios para una mayoría calificada en el pleno. La ministra Batres defendió su postura señalando que era "absurdo" que en ciertos casos se aplicara un método interpretativo, pero en otros no, pese a tratarse de la misma reforma constitucional. La presidenta Piña, a su vez, insistió en que el respeto en los debates debe prevalecer y que descalificaciones como "absurdo" no contribuyen al diálogo.
"Como rectora del debate en esta sala, pido que se mantenga un tono respetuoso. Si la ministra Batres cree que puede utilizar adjetivos descalificativos en nombre de la libertad de expresión, es su decisión, pero no es lo que favorece el diálogo", indicó Piña en una intervención posterior, a lo que Batres respondió tajantemente: "¡No hay ofensas aquí!".
El choque entre dos visiones
Este no es el primer enfrentamiento entre Norma Piña y Lenia Batres. Desde la llegada de Batres a la Suprema Corte, sus posiciones han generado fricciones con otros miembros del tribunal. A pesar de contar con un título en Derecho, su nombramiento fue recibido con críticas por una supuesta falta de experiencia en temas judiciales de alto nivel. A poco más de dos meses de haber asumido su cargo, estas tensiones no han disminuido, y la sesión de este martes solo sirvió para avivarlas aún más.
En la discusión del 12 de marzo, el debate giraba en torno a una acción de inconstitucionalidad presentada por el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI) de Colima, que cuestionaba la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Durante esta discusión, Batres volvió a plantear dudas sobre los límites del Poder Judicial y el papel de la Corte en la interpretación de la ley.
Al concluir la intervención de Batres, Norma Piña recordó que el tema en debate no era sobre los procedimientos del Poder Legislativo, sino sobre una ley local de Colima. "No estamos discutiendo los procedimientos legislativos, ministra Batres, este es un tema de leyes locales. Conviene centrarse en eso para no desviar el debate", señaló Piña con firmeza.
Una tensión que se arrastra desde el Senado
Desde su comparecencia ante el Senado para ser confirmada como ministra, Lenia Batres ha adoptado una postura crítica frente a la actuación de la Suprema Corte. En su intervención de este martes, reafirmó su posición al asegurar que el Poder Judicial debe ser constantemente cuestionado. "Mi crítica no es nueva, desde mi comparecencia ante el Senado señalé que el actuar de este tribunal debía ser objeto de escrutinio, y hoy lo reitero", expresó Batres.
Norma Piña, por su parte, se defendió señalando que las decisiones de la Corte no responden a caprichos personales, sino a una lógica jurídica y procesal. "Aquí no se trata de imponer criterios subjetivos. El método de análisis ha sido aprobado por mayoría, aunque yo misma voté en contra en su momento", explicó Piña.
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El trasfondo político y los intereses en juego
Este enfrentamiento tiene un trasfondo político claro. Mientras Norma Piña se ha mantenido en una línea independiente y crítica del gobierno de López Obrador, Lenia Batres ha sido vista como una aliada de la llamada "Cuarta Transformación". La reforma judicial impulsada por el presidente ha sido un tema recurrente en las sesiones de la SCJN, y ha generado profundas divisiones entre los ministros.
La reforma propone, entre otras cosas, una reorganización del Poder Judicial y la creación de un Consejo Judicial que supervisaría el trabajo de los jueces. Críticos de la reforma, como la ministra Piña, han señalado que estas modificaciones podrían poner en riesgo la independencia del Poder Judicial, mientras que defensores de la iniciativa, como Batres, argumentan que es necesaria para combatir la corrupción y mejorar el acceso a la justicia.
El futuro de la SCJN y la reforma judicial
La discusión de esta semana es solo un capítulo más en la serie de enfrentamientos que han sacudido a la SCJN desde que Lenia Batres asumió su puesto. Las diferencias entre las ministras Piña y Batres no son solo ideológicas, sino que reflejan el choque de visiones sobre el papel que debe desempeñar la Corte en la política mexicana.
Norma Piña, como presidenta de la SCJN, ha hecho énfasis en la importancia de la independencia del Poder Judicial, mientras que Lenia Batres ha abogado por una Corte más cercana al pueblo y alineada con las transformaciones políticas que impulsa el gobierno de López Obrador.
El futuro de la reforma judicial aún está por definirse, pero lo que es claro es que las tensiones dentro del pleno de la Suprema Corte seguirán escalando en los próximos meses. El choque de ideas, y a veces de personalidades, entre ministras como Piña y Batres, será clave en el desenlace de este proceso que podría redefinir la estructura del Poder Judicial en México.
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