Ucrania arrasa con bases rusas con ataque sorpresa de 117 drones

En lo que ya se perfila como el golpe más audaz desde el inicio de la guerra, Ucrania lanzó un ataque sorpresa con drones que dejó fuera de combate una parte significativa de la flota de bombarderos nucleares rusos. El asalto, bautizado como "Operación Telaraña", fue descrito como un "Pearl Harbor ruso" por comentaristas del propio entorno prorruso.

La clave de la ofensiva fue la creatividad: los drones explosivos fueron escondidos en los techos de cobertizos de madera que parecían estructuras inocuas. Desde allí fueron trasladados a zonas próximas a cinco bases aéreas en distintos puntos del país. En el momento oportuno, los techos se abrieron a distancia y 117 drones salieron en vuelo hacia sus objetivos.

"En el momento justo, los techos de las casas se abrieron a distancia y los drones volaron para atacar a los bombarderos rusos", aseguró una fuente de seguridad a AP.

Flota nuclear rusa devastada

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) afirmó que al menos 41 aeronaves fueron alcanzadas durante la ofensiva, que incluyó la destrucción de un 34% de los bombarderos estratégicos Tu-95, capaces de portar armamento nuclear. Las pérdidas rusas se estiman en unos 7,000 millones de dólares.

El propio presidente Volodymyr Zelensky calificó el ataque como "la operación de mayor alcance" en la historia militar reciente de su país, celebrando su "resultado absolutamente brillante" a través de Telegram. La operación tardó más de año y medio en planearse, y logró ejecutarse sin que Moscú o sus aliados detectaran movimientos sospechosos.

Base clandestina junto al FSB

Uno de los datos más impactantes revelados por Zelensky es que la operación se coordinó desde una sede clandestina ubicada justo al lado de una oficina regional del FSB, los servicios secretos rusos. Tras ejecutar el ataque, todos los agentes fueron extraídos del país antes de que las fuerzas rusas pudieran reaccionar.

Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso afirma que logró detener a varios implicados, aunque no ofreció detalles que pudieran confirmar esa versión.

El ataque ocurrió un día antes de la reanudación de las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania en Turquía. Aunque ni Zelensky ni Putin asistirán directamente, se esperaba que el encuentro pudiera abrir una ventana de distensión. Sin embargo, la ofensiva, sumada a un ataque ruso que dejó al menos 12 militares ucranianos muertos y más de 60 heridos, complica aún más el camino hacia una resolución negociada.

Funcionarios ucranianos exigirán durante la reunión un alto el fuego de 30 días, intercambio de prisioneros y la repatriación de niños ucranianos secuestrados.

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