Explosiones de walkie-talkies causan múltiples muertes

Un par de días después de las explosiones causadas por pagers en Líbano, que resultaron en la muerte de 12 personas, el país se enfrenta nuevamente a una ola de destrucción. Esta vez, explosiones de walkie-talkies han dejado al menos nueve muertos y más de cien heridos. Los hechos ocurrieron durante el funeral de tres miembros de Hezbollah, lo que desató el pánico entre los asistentes.

Los videos que circulan en redes sociales muestran escenas de terror en Beirut y otras localidades del sur del país, mientras las autoridades intentan controlar una situación que parece fuera de control.

El 18 de septiembre, un día después de que detonaciones masivas de pagers sacudieran varias ciudades del Líbano y Siria, dejando una estela de muerte y destrucción, el país vuelve a ser escenario de un ataque violento. En esta ocasión, las explosiones provinieron de dispositivos de walkie-talkies, en una clara repetición de la táctica utilizada previamente, lo que aumenta la tensión en una región ya golpeada por años de conflicto y violencia.

Las explosiones de estos dispositivos, adquiridos hace apenas cinco meses junto con los pagers, cobraron la vida de nueve personas y dejaron más de un centenar de heridos, de acuerdo con los primeros informes de la Agencia Nacional de Noticias (ANI) de Líbano. Una de las detonaciones más significativas ocurrió en Sohmor, una ciudad en el este del país, y coincidió con el funeral de tres miembros de Hezbollah, muertos en los ataques del día anterior.

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Escenas de caos en el funeral

La ceremonia funeraria, que tenía lugar para despedir a tres miembros de Hezbollah y un menor de edad, fue interrumpida de forma violenta por una explosión inesperada. Los videos que circulan en redes sociales muestran el momento exacto de la detonación: la multitud, vestida de luto, participa en el servicio cuando un estruendo sacude el ambiente. Los gritos de pánico y la estampida subsiguiente muestran el nivel de angustia de los presentes, quienes corren en diferentes direcciones buscando salvar sus vidas.

La confusión fue total. No solo los asistentes al funeral quedaron desconcertados, sino también aquellos que se encontraban en áreas cercanas. Otra de las grabaciones muestra una motocicleta completamente destruida tras la explosión de uno de estos dispositivos. En las imágenes se puede observar cómo el asiento del vehículo quedó reducido a escombros.

Este segundo ataque, a tan solo 24 horas de los primeros incidentes, hace evidente la gravedad de la situación que se vive en la región. El uso de dispositivos cotidianos como armas está generando terror entre la población, especialmente entre aquellos que forman parte de las estructuras militares o políticas que se oponen a los intereses israelíes en la región.

Destrucción generalizada en áreas urbanas

Las explosiones no solo causaron víctimas humanas, sino también grandes destrozos materiales. En Beirut, una de las ciudades más afectadas, los vecinos documentaron con sus teléfonos los daños provocados en viviendas y edificios comerciales. Desde las ventanas de una residencia en el centro de la ciudad, se observaba una densa nube de humo negro que emergía, producto de la detonación de dispositivos electrónicos.

De acuerdo con algunos testigos, los dispositivos dañados no se limitaban solo a walkie-talkies, sino también a paneles solares y computadoras portátiles. Las imágenes de los destrozos pronto inundaron las redes sociales, mostrando desde muebles de madera destrozados hasta electrodomésticos completamente inutilizados.

En un establecimiento de comida en el centro de Beirut, los clientes grabaron las secuelas de una explosión que dejó a los muebles completamente destruidos. La gente corría en busca de refugio mientras se escuchaban más detonaciones en otras partes de la ciudad.

Operación de rescate y atención médica

Frente a esta nueva oleada de violencia, las autoridades libanesas actuaron rápidamente para tratar de mitigar las consecuencias. La Cruz Roja Libanesa movilizó al menos 30 ambulancias para atender a los heridos y trasladarlos a hospitales en diversas partes del país. Sin embargo, las comunicaciones se vieron gravemente afectadas, lo que dificultó las labores de rescate. Las líneas telefónicas estaban interrumpidas y muchas calles estaban bloqueadas, complicando el acceso de las ambulancias a las áreas más afectadas.

El Ministerio de Salud de Líbano emitió un comunicado confirmando que más de cien personas habían resultado heridas en las explosiones, algunas de gravedad. Mientras tanto, los hospitales de Beirut y las ciudades cercanas como Nabatieh, Tiro y Saida, en el sur del país, estaban saturados con el flujo constante de víctimas.

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Hezbollah bajo ataque: implicaciones regionales

Este segundo ataque contra Hezbollah en menos de 48 horas ha generado una gran cantidad de especulaciones sobre quién podría estar detrás de estas acciones. Los pagers que explotaron el día anterior en Líbano y Siria fueron atribuidos a Israel, en una aparente escalada de su conflicto contra el grupo chiita, que tiene fuertes lazos con Irán.

Hezbollah, que cuenta con un considerable poder militar y político en Líbano, ha sido un blanco constante de Israel, quien lo acusa de ser una amenaza directa a su seguridad. No obstante, el uso de dispositivos electrónicos como armas es una nueva táctica que ha sorprendido tanto a analistas como a la comunidad internacional.

La compra de los walkie-talkies, realizada hace solo cinco meses, coincide con la adquisición de los pagers, lo que sugiere que estos dispositivos fueron manipulados con el objetivo de detonar en momentos estratégicos. Este hecho pone de manifiesto el nivel de sofisticación de los ataques y la intención de generar caos y desestabilización entre las filas de Hezbollah.

Un futuro incierto

El Líbano, ya devastado por años de conflictos internos, una crisis económica sin precedentes y la pandemia de COVID-19, ahora enfrenta una nueva amenaza. Las explosiones de pagers y walkie-talkies han sumido al país en una espiral de incertidumbre y miedo, en un momento en el que la estabilidad parecía más necesaria que nunca.

Con más de 21 personas muertas en dos días y miles de heridos, el futuro de la región parece cada vez más incierto. Las explosiones han dejado una marca indeleble en el Líbano, y las respuestas a quién está detrás de estos ataques, así como a qué acciones seguirán, aún están por revelarse.

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