- 22 de agosto de 2025
Julio César Soto Jr., de 32 años, murió de un disparo en el rostro durante una reunión con bebidas alcohólicas y música de corridos.

Una tragedia sacudió a la comunidad hispana de Edinburg, Texas, cuando Julio César Soto Jr., un trabajador mexicano de 32 años, fue asesinado por quien consideraba su "mejor amigo" durante una reunión privada. El homicidio ocurrió de manera inesperada mientras ambos cantaban corridos y consumían bebidas alcohólicas.
La Oficina del Sheriff del Condado de Hidalgo reportó que la tragedia ocurrió la noche del domingo 17 de agosto en una vivienda ubicada en 4513 Fe Drive. Al recibir la alerta de un tiroteo, los oficiales acudieron al domicilio y fueron recibidos por tres testigos, quienes narraron lo sucedido.
Según las declaraciones, la reunión transcurría con normalidad hasta que, sin motivo aparente, Freddy Mireles tomó un rifle y disparó a Julio César Soto Jr. en el rostro. La víctima murió de manera inmediata. Un video entregado a las autoridades por uno de los presentes documenta el momento del ataque.

La fuga y detención del agresor
Tras el crimen, Freddy Mireles huyó a bordo de su Corvette rojo. La mañana siguiente, el vehículo fue identificado y el sospechoso fue arrestado. A Mireles se le aseguraron el rifle con el que cometió el homicidio y un arma corta adicional.
Durante su primera audiencia, se informó que permanecerá en el Centro de Detención para Adultos del Condado de Hidalgo con una fianza de 2.5 millones de dólares, mientras avanza su proceso por homicidio.
Hasta ahora, las autoridades no han determinado un motivo claro para el asesinato. La familia de Julio César Soto Jr. declaró sentirse "consternada y sumamente confundida", pues la relación entre la víctima y el agresor, su amigo desde hace al menos tres años, siempre había sido cercana.
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Víctima y legado
Julio César Soto Jr. se encontraba de forma legal en Estados Unidos con una visa de trabajo temporal y era el principal sustento de su familia. Deja huérfanas a dos niñas de 3 y 1 años, respectivamente. La pérdida ha generado gran consternación entre la comunidad mexicana y latina de Edinburg, que aún busca comprender cómo un acto de amistad terminó en homicidio.
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